Noviembre - 2012
GAVARDA-
DESDE LA
EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS
HASTA “LA PEPA”
En el artículo anterior hemos
visto como se llega a la expulsión de los moriscos y la consecuencia es que las
tierras y propiedades del señor del lugar, quedan sin manos que las trabajen.
Por ello, en el caso de GAVARDA dos años después se otorga “Carta Puebla”, y
vienen aquí procedentes de otros lugares trece familias, con el intento de que
el señor del lugar pueda continuar percibiendo los mismos ingresos.
Las personas que vinieron a
Gavarda, buscaban una subsistencia más
fácil de conseguir, y de hecho el lugar solo permanece despoblado dos años. El señor de Gavarda, lo era también de otras
tres baronías, a saber : ALASQUER, ALBERIC Y ALCOCER
Estando GAVARDA
situada entre ANTELLA que es
estratégica en cuanto a que allí se controla el caudal de aguas de la Acequia
Real, y ALCOCER que lo hace con el paso de la barca de una a otra orilla del Júcar (por el que se
pagaba un canon), queda en un segundo plano, de manera que siendo tan pocos los
habitantes del lugar, la Parroquia de
GAVARDA es dependiente (anexa) a la de ALCOCER.
Con todo lo relatado llegamos
a la conclusión de la importancia “relativa” que tuvo nuestra localidad en los
movimientos que en los doscientos años siguiente fueron desarrollándose, debido
al malestar que iba cada vez más en aumento ante la presión recaudatoria cada
vez mayor que el señor del lugar ejercía sobre los vecinos de sus baronías, y
es que era dueño de molinos, almazaras, tierras, tabernas, carnicerías, etc. estando todos
obligados a hacer uso de dichos servicios, sin poder elegir los de otros
lugares que los asignados, con el correspondiente pago de lo estipulado.
Los moriscos habían sido la
mano de obra dócil, callada, obediente, casi servil, porque temían lo que se
les vino encima: la expulsión. Pero estas nuevas gentes, que no temen lo
anterior, van tomando conciencia de sus derechos y comienzan poco a poco a
agruparse y organizarse para defenderse de los abusos, llegando a reunirse
representantes de las CUATRO BARONIAS en la Iglesia de Alberic.
Eduardo Miedes-Ribera